El profesional forense moderno ya no puede limitarse a ser un técnico de laboratorio. La evolución de las tecnologías y su impacto creciente en los procedimientos judiciales exigen que el perito informático cuente con un perfil híbrido: altamente técnico, sí, pero también legal y buen comunicador. No basta con dominar herramientas como Autopsy , FTK , Cellebrite u Oxygen Forensics . Es imprescindible comprender cómo operan los sistemas distribuidos, cómo se gestionan los registros de auditoría en entornos como Microsoft 365 , Google Workspace o Amazon Web Services , y cómo se extraen evidencias sin romper la cadena de custodia ni vulnerar principios jurídicos esenciales. Pero además de investigar, preservar y analizar, el perito debe ser capaz de comunicar . Y hacerlo bien. Explicar a un juez, un abogado o un fiscal —todos ellos, en general, ajenos a lo técnico— por qué un log carece de integridad, cómo se detecta un acceso indebido en un Exchange Online, o en qué consiste una su...
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